viernes, 7 de febrero de 2014

4º mes y "vacaciones"en Arizona

La semana pasada cumplí 4 meses desde que llegué a USA y, ahora sí, ya lo puedo hacer más con los pies sobre la tierra. Me refiero a que, hasta ahora, todavía estaba en mi burbuja de sueño americano.
En los primeros 3 meses todo es nuevo, todo lo observas y en todo te sientes como si estuvieras en una película. Pasado este tiempo de adaptación, ya veo todo más común y normal. Hasta ahora me quedaba sorprendida por cualquier tontería que se me pareciera a algo que hubiera visto antes en la tele y se me ponía una sonrisa en la cara cuando veía cualquier americanada. No voy a decir que ahora no me sienta sorprendida muchas veces por cosas que veo a mi alrededor, pero ni la mitad que al principio.
Después de cuatro meses, a veces siento que llevo aquí viviendo toda la vida: ya no recuerdo pensar en euros sino en dólares, ahora mismo me costaría coger un coche de marchas y no el cómodo y aburrido automático de aquí, pienso en millas y no en kilómetros, no recuerdo ir paseando por ningún lado pues la vida aquí se hace en coche y ya no sé lo que es llevar cash en la cartera porque aquí se paga hasta 0.20$ con tarjeta de crédito. Esto entre una infinidad de cosas que hacen que cada día me sienta más integrada en la cultura americana.
Por otro lado, hay veces que parece que llevo dos días porque siempre hay algo que me sorprende día a día, es una pequeña contradicción que no sé muy bien como explicar.

Además, después de estos cuatro meses creo que debo sentirme afortunada, pues viendo las familias y cosas que le pasan a muchas de mis compañeras au pairs, puedo darme con un canto en los dientes de la familia y situación que me ha tocado.
No sé si he contado otras veces, que en el training de NY hicimos una pequeña pandilla de españoles con los que sigo manteniendo contacto a diario gracias al bendito Whats app, a pesar de que cada uno estamos en una parte del país. Pues bien, en ese grupo empezamos siendo 10 de los cuales 4 ya se han vuelto a España porque quedaron hasta el gorro de la cultura americana, otras dos han hecho rematch y el resto que son 3 tiene días mejores y días peores. Por lo cual, sí que debo estar agradecida de que me tocara esta familia, que dentro de sus particularidades como es lógico pues son de una cultura y educación completamente diferente a la nuestra, me tratan y nos llevamos bastante bien. Por supuesto, nunca los sentiré como parte de mi familia, para empezar porque me parece que es muy difícil interactuar completamente cuando se hablan lenguas diferentes, aunque lo hables perfetamente (que no es mi caso), me parece que no siempre llegas a comunicar como tu quieres lo que realmente querrías expresar y de la misma manera que lo harías con tu lengua materna. No siempre me siento cómoda con ellos pero me conformo con que tengamos una buena convivencia y una buena relación como hasta ahora.
Los niños, qué puedo decir de ellos además de que lo adoro? Cada día les tengo más cariño. Me encanta ver su evolución, verlos crecer y madurar. Cuando llegué eran bebés y ahora ya son niños. Están empezando a hablar un montón y a formar su carácter (cosa que a veces me da un poco de miedo) y cada día me sorprenden con una cosa nueva.
A veces es un poco duro, no voy a decir que no pues pasan más horas conmigo que con sus propios padres y a veces tantas horas con ellos en casa se hacen interminables pero lo compensa todo cuando se depiertan preguntando por mí o corren a darme un abrazo cuando llevan todo el día sin verme.
Esta semana mis hosts me dijeron que estaban muy contentos conmigo, que los niños me adoran y que admiran la paciencia que tengo con ellos. Yo a veces también me sorprendo, la verdad, pero cada día me gusta más estar con ellos y ser su "mami". Me encanta vestirlos, cambiarles los pañales, preprarles el lunch para la guarde, jugar con ellos, hacerles la cena, etc etc etc...
Maddie.
Jon y Paige.

Y bueno respecto a la otra parte del título... La semana pasada llegué de nuestras"vacaciones en familia" en Arizona. Lo pongo entre comillas porque no fueron para nada unas vacaciones, al menos para mí. Si hubiera hecho esta entrada desde allí hubiera sido muy diferente y solo hubiera tenido frases de enfado pero, la verdad, que los últimos días no fueron tan malos.
Básicamente yo hice lo mismo que aquí pero con la diferencia de que al acabar el día seguía con ellos sin desconetar y sin poder hacer lo que a mí me apeteciera, principalmente porque no tenía coche allí.
Los días se me pasaron un poco lentos, los 5 primeros estuvimos sin Charlie que tuvo que trabajar y llegó el viernes y a partir de ahí ya me dejaron un poco más de tiempo para mi.

Un día visitamos el Cañón Sabino, un sitio precioso aunque tampoco espectacular, me lo imaginaba diferente pero tampoco estuvo mal. Allí cogimos un trenecillo que nos subió hasta el punto más alto del Cañón y luego bajamos un poquito andando. Aunque claro, imaginaros el show con los tres niños, el carrito gemelar, sus bolsas.... Un lío! Lo mismo que para viajar con ellos en avión, añadiéndole a todo esto, que Jon vomitó en el avión modo manguera por encima de Paige y de Teah. Un auténtico espectáculo volar con ellos 8 horas con escala incluida.
Sabino Canyon. Tucson.


Otro día fuimos al zoo con los niños y tampoco estuvo mal.

Luego pasábamos los días yendo al parque con los niños, de paseo, centros comerciales, etc.

Y el domingo, mientas ellos iban al Desert Museum, yo me fui de visita a un estudio de gravación de películas del Oeste, donde se gravaron algunas muy famosas como las del mítico John Wayne. Sin duda, solo por lo mucho que me gustó este sitio, ya mereció la pena el viaje.
A pesar de ir sola, me lo pasé genial y disfruté un montón de los espectáculos.






Otro día hicimos una barbacoa y vinieron también la hermana de Charlie y su marido. Mi primera original american barbecue, que por cierto, tienen mucho que aprender estos americanos de nuestras barbacoas porque la verdad que las de ellos no tienen ni idea ni mérito ninguno. Barbacoas de gas donde lo único que hacen es meter todo dentro y de vez en cuando darle la vuelta. Ni idea! Además también tienen que aprender de nuestras megacomidas, me llamó mucho la atención la poca cantidad de comida que hicieron para tantos que éramos, en general, siempre comen muy poco pero una vez más me di cuenta de la cultura gastronómica de la que disfrutamos en España, o al menos en Galicia, ya que vivimos para comer en vez de comer para vivir.

Y bueno, a pesar de que en Arizona tuve días malos, me alegré de haber ido porque es un sitio al que nunca hubiera viajado por mí misma y que me ha gustado conocer. No puedo decir que sea un sitio precioso; ni que sea mejor ni peor que ningún otro sitio en el que haya estado, simplemente es muy diferente. Es todo muy hárido y desértico, con poco verde y lleno de cáctus por todos lados, nunca había visto tantos cáctus en mi vida.

La casa de los abuelos me la imaginaba bonita pero cuando la vi por primera vez me pareció impresionante. Una casa enorme con muchísimas estancias y una decoración apropiadísima para el lugar. Además, está situada a pie de montaña y por las mañanas me encantaba obsevar las maravillosas vistas desde la cristalera de la cocina. Y las puestas de sol eran impresionantes porque desde la casa se veía toda la ciudad. El único fallo fue que la piscina estaba vacía, que bajón, con la obsesión que tengo con las piscinas y el calorazo que hacía.
La casa a pie de montaña.

Vistas desde la cocina.

Parte trasera de la casa.
Vistas desde la puerta principal.
Puesta de sol.

 

Y mientras yo me cocía de calor a 26ºC cada día, en Raleigh estaba nevando. Me he pasado todo el invierno deseando que nevara (mi segundo trauma la nieve!) y justo cuando me voy una semana de vacaciones se pone a nevar y ni más ni menos que dos veces en la misma semana. La primera fue leve pero la segunda se mantuvo dos días y pude disfrutar de la nieve, al menos, cuando llegué el miércoles de Arizona. Por cierto, el día de llegada era el martes pero por cuestiones meteorológicas cancelaron el vuelo y tuvimos que volar al día siguiente.
Anna me iba mandando fotos del proceso. Cuantísimo la eché de menos esos 10 días! Cada día me alegró más de haberla encontrado en esta aventura porque solo por ella ya merece la pena haberla vivido.


Mañana mi cumple... 27! :) :(

1 comentario:

  1. Que bonito!! Y la casa me encanta!
    Pues si, como has dicho quedate con que este viaje no lo hubieras hecho por ti sola por gusto y has visto una parte de la America profunda, que afortunada!!;)
    Muchiiisimas felicidades anticipadas!!
    Un besazo guapii

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